Le pedí a Dios hace poco que me sacara de tu camino, que dejaras de decirme las cosas que quiero escuchar y que por ahí derecho él cambiara y así yo me re enamoraría, él está haciendo lo suyo y tu también, pues ya casi no llamas y ni apareces… no niego extrañarte, mucho, hasta a veces me tomo el tiempo para llamarte y como no estás en ese celular me resigno y así dejo pasar todo el día. En el fondo pasa lo que no quiero que pase pero eso no es lo que más importa ni lo que más me conviene, yo no te quiero, solo me gustas y despertaste una simple curiosidad, creo, debida a los 4 largossss años al lado de él, que como a todas las parejas con o sin matrimonio termina cayendo en la monotonía y en el “Ya no te quiero”.
Llámame, por favor no me llames, son mis dilemas diarios, muy diarios, pero para que martirizarme si para eso está él. Solo aparece y nómbrame un problema de trabajo, así me escucho tu voz y no me comprometo. Especialmente porque tu voz me encanta! J
